Lindo, lindo
El viaje de Cutee Cutee
Todo comenzó con un pequeño pingüino... ¡y una gran imaginación!
Cuando mi hijo tenía apenas 3 años, recibió un pequeño pingüino de peluche, y en el momento en que lo vio, sonrió y dijo: "¡Este es Cutee Cutee!".
Eso fue todo. Sin dudarlo. Sin dudas. Solo un nombre que le salió del corazón.
Desde ese momento, Cutee Cutee se convirtió en parte de nuestro mundo: un símbolo de amor, abrazos, cuentos para dormir y felicidad. Ese dulce pingüino nos acompañaba, nos animaba en los días difíciles y rápidamente se convirtió en un miembro más de nuestra familia.